Evaluaciones periciales
Los peritajes en psicología jurídica
Los peritajes psicológicos en el ámbito jurídico constituyen una herramienta fundamental para la valoración de variables psicológicas que pueden tener una incidencia directa en los procesos judiciales. La psicología jurídica, como rama aplicada de la psicología, tiene como objetivo aportar conocimientos técnicos y científicos que ayuden a jueces, abogados y otros profesionales del derecho a tomar decisiones fundamentadas.
Un peritaje psicológico consiste en la elaboración de un informe por parte de un/a psicólogo/a forense, basado en una evaluación objetiva y rigurosa, que responde a una demanda judicial concreta.
El proceso pericial incluye generalmente:
1. Recepción de la demanda: Se concreta el objetivo de la pericial según la pregunta judicial.
2. Recogida de información: Mediante entrevistas clínicas, pruebas psicométricas, observación directa y análisis documental.
3. Análisis de los resultados: Interpretación de la información recogida según criterios científicos.
4. Redacción del informe: Con lenguaje claro, objetivo y accesible para el ámbito jurídico.
5. Ratificación judicial: Si es necesario, el/la perito/a debe defender su informe ante el tribunal.
Los peritajes psicológicos requieren una gran responsabilidad, imparcialidad y rigor metodológico. El profesional actúa como perito independiente, no como defensor de ninguna de las partes, y su función es ayudar al tribunal a entender aspectos psicológicos relevantes para el caso.
Nuestros ámbitos de intervención son:
1. Los peritajes psicológicos en el ámbito de la familia
Los peritajes psicológicos en el ámbito del derecho de familia tienen como objetivo principal ofrecer una valoración profesional e imparcial sobre la dinámica familiar y las capacidades parentales, con el fin de ayudar a los órganos judiciales a tomar decisiones en beneficio del menor.
Este tipo de peritaje es especialmente relevante en procesos de separación, divorcio o modificación de medidas, donde se deben determinar cuestiones como la guarda y custodia de los hijos, el régimen de visitas, o la idoneidad parental. También puede intervenir en situaciones de conflicto grave entre progenitores, alienación parental, o indicios de maltrato psicológico o abuso.
El peritaje puede ser requerido por el juzgado (perito designado de oficio) o por una de las partes del procedimiento. Es esencial que la demanda esté bien formulada y recoja con claridad qué información se quiere obtener (por ejemplo: «¿Cuál de los progenitores presenta mejores competencias parentales?» o «¿Cuál es el vínculo afectivo del menor con cada progenitor?»).
Aspectos clave en la práctica pericial familiar
• Interés superior del menor: Toda actuación debe estar guiada por el bienestar de los niños, más allá de los intereses de los adultos implicados.
• Neutralidad e independencia: El/la psicólogo/a no actúa como terapeuta ni como abogado de ninguna parte, sino como profesional independiente que informa al tribunal.
• Ética y confidencialidad: Todo el proceso debe llevarse a cabo con el máximo respeto por la intimidad y los derechos de los evaluados, especialmente de los menores.
Este tipo de peritaje requiere una sólida formación en psicología infantil, familiar y forense, así como habilidades comunicativas, empatía y capacidad para gestionar situaciones de alta tensión emocional.
2. El peritaje psicológico en ámbitos de abuso psicológico
El abuso psicológico, también llamado maltrato emocional, es una forma de violencia a menudo invisible pero profundamente dañina, que puede dejar secuelas psicológicas duraderas. En el ámbito judicial, identificar y evaluar el abuso psicológico es complejo, ya que muchas veces no deja pruebas físicas evidentes. Es aquí donde los peritajes psicológicos adquieren una importancia clave.
El peritaje de abuso psicológico dentro de la familia: tiene como objetivo valorar la existencia, la intensidad y las consecuencias del maltrato emocional, ya sea en adultos, en menores o dentro de una relación de pareja o familiar. Puede ser solicitado en procedimientos de derecho penal, derecho de familia, violencia de género, o en procesos de protección del menor.
Situaciones habituales donde se requiere peritaje
• Conflictos por la guarda y custodia donde se alega manipulación o maltrato emocional.
• Procedimientos por violencia doméstica o de género.
• Casos de interferencias parentales (manipulación psicológica de un menor contra un progenitor).
• Denuncias por acoso psicológico o control coercitivo dentro de la pareja.
• Situaciones de negligencia emocional o descalificación constante hacia un menor.
El peritaje de abuso psicológico en el trabajo: el peritaje en este ámbito constituye una herramienta clave para la protección de los derechos laborales.
El abuso psicológico en el ámbito laboral es una forma de violencia que puede tener graves consecuencias para la salud mental y emocional de la persona afectada. Se manifiesta mediante conductas sistemáticas de desprecio, humillación, intimidación o aislamiento por parte de compañeros, jefes u otros miembros de la organización, con el objetivo —explícito o implícito— de desestabilizar o eliminar a la víctima de su puesto de trabajo.
En este contexto, los peritajes psicológicos laborales son una herramienta fundamental para evaluar los efectos psicológicos derivados del acoso y aportar pruebas objetivas en procesos judiciales o administrativos.
Contextos de aplicación del peritaje en el ámbito laboral
• Juicio laboral por daños y perjuicios derivados del acoso.
• Reconocimiento de incapacidad temporal o permanente por patología derivada de estrés crónico o trauma laboral.
• Denuncias por riesgos psicosociales dentro de la empresa.
• Evaluaciones de secuelas psicológicas en contextos de conflicto laboral grave.
El peritaje psicológico en contexto de abuso laboral no solo ayuda a proteger la salud mental del trabajador/a, sino que también es clave para visibilizar situaciones injustas y contribuir a la justicia social dentro del mundo laboral. Es fundamental que el/la profesional actúe con neutralidad, rigor científico y sensibilidad, ya que a menudo la víctima puede llegar a sentirse cuestionada o revictimizada durante el proceso.